Dos experiencias de medición en parcelas
Uno de los primeros pasos para edificar una vivienda según los criterios de la Biología del Hábitat es elegir una ubicación adecuada; buscar el “buen sitio”. Todos los lugares de la corteza terrestre tienen unas variables físicas determinadas, una “energía” particular, que determina su aptitud para la permanencia de los seres humanos y que está determinada por la composición del subsuelo principalmente: la Geobiología estudia todo esto y por ello tiene una relación estrecha con la Bioconstrucción.
Seguramente estos conceptos son los que más nos llamaron la atención a quienes nos acercamos por primera vez a alguna charlita o pequeño curso sobre Bioconstrucción. Así fue mi caso, ya que la Geobiología y la Bioconstrucción aparecieron en mi vida en la misma época atrayendo fuertemente mi interés. Tras ello, vino una profundización de carácter profesional en el ámbito de la Biología del Hábitat de la mano del Máster IEB y posteriormente la especialización en Mediciones de Bioconstrucción IEB-IBN.
Recientemente, he podido reconectar con el ámbito de la Geobiología gracias a dos encargos de Mediciones especiales y no frecuentes; dos mediciones de radiaciones en parcelas previa a la edificación de vivienda unifamiliar, con el objeto de valorar el lugar en que se preveía su ubicación. En ambos tuve la ocasión de trabajar en equipo con Silvia de Santos, compañera medidora y también miembro de Bihho, la asociación de especialistas en Mediciones IEB.
Este análisis de las parcelas se basó en la medición de las variables geobiológicas más determinantes, que son la variación del campo magnético terrestre y de la radiactividad, y de las radiaciones “artificiales” existentes en el terreno ya antes de edificar la vivienda, que son los campos eléctricos y magnéticos alternos y ondas electromagnéticas.
Para la medición de estos factores de riesgo para la salud se utilizan aparatos de medición científicos que permiten obtener unos valores numéricos de estos parámetros. Algunos de estos aparatos no son fáciles de encontrar, como el G-Explorer que permite medir rápidamente los impulsos radiactivos en cada punto del terreno y que fue prestado por nuestro compañero, y maestro, Carles Labèrnia, a quien expresamos nuestro agradecimiento.
Con la referencia de la Norma Técnica de Medición en Baubiologie, SBM-2015, seguimos unos protocolos de medición que permiten comparar los valores hallados con los valores de referencia normativos y así poder valorar la gravedad de estos factores de riesgo en cada caso particular. Dado que cada lugar tiene unas variables muy particulares, tuvimos que dibujar una malla de 1×1 m en el terreno y medir en cada uno de esos puntos, más de 100, lo cual exige concentración, tiempo y también una buena dosis de energía vital.
Finalmente, en ambos casos pudimos concluir que la ubicación y distribución de vivienda planteadas eran adecuadas, ya que las parcelas no estaban demasiado alteradas y los lugares de menor calidad no coincidían con los lugares de descanso previstos.
Una medición puede traer unos resultados satisfactorios, como en estos casos, aunque también una necesidad o urgencia de intervención. En cualquier caso, el objetivo siempre es ayudar a las personas a conseguir un hábitat sano.
Miguel Martínez de Morentin
Tutor de mediciones del Master en Bioconstrucción