La Biología del Hábitat, la salud de nuestro hogar, es un concepto todavía poco conocido entre la población. Sin embargo, los últimos acontecimientos acaecidos a nivel global han hecho dar un giro y reflexionar sobre los espacios interiores que habitamos.
La mejor manera para concienciar a la sociedad de los beneficios que aporta la bioconstrucción (uso de materiales naturales, técnicas arquitectónicas sostenibles, adaptación al medio, etc.) es difundir estos conceptos desde la escuela. Y eso es lo que ha hecho el Instituto Español de Baubiologie (IEB) entre el alumnado de la comarca de Sobrarbe (Huesca) donde está ubicada la sede.
Casa Nautilus, uno de los últimos proyectos de bioconstrucción de la arquitecta Petra Jebens-Zirkel, abrió sus puertas a 70 jóvenes acompañados por el profesorado de la asignatura de Tecnología. El alumnado de tercero de la ESO observó “in situ”, las soluciones técnicas y el material empleado que de forma teórica habían tratado previamente en las aulas.
La cubierta verde, la forma orgánica de la planta, las paredes redondeadas y el retrete seco fueron las ideas que más sorprendieron al grupo estudiantil. Ante las explicaciones, el alumnado tomó apuntes para aplicarlos en el proyecto que deberán realizar este trimestre sobre un nuevo edificio para el entorno del Instituto de Aínsa.
Desde el IEB, Petra Jebens y Alfred Zirkel explicaron el porqué del uso de la cubierta verde, la forma orgánica de la casa en consonancia con el terreno natural sobre el que se levanta, la prioridad del uso de la madera por su higroscopicidad, así como la orientación elegida para el invernadero. “Hace mucho calor dentro de la casa y eso que no tienen calefacción”, comentaba uno de los jóvenes. La arquitecta recalcó la importancia del aprovechamiento de la trayectoria del sol para abrir ventanales. “Estamos en febrero y hace dos días que no se ha encendido la estufa, todo es por la energía del sol”, enunciaba.
El alumnado también se intereró por el material del que estaban hechos los ladrillos a base de barro, cal y cáñamo secado al aire libre, un proceso totalmente natural que favorece la transmisión del calor entre las diferentes estancias de la casa.
Por su parte, el propietario de la vivienda, Jorge Ruíz de Eguilaz, acompañaba al grupo por la zona donde están ubicadas las placas solares, el pozo de agua y la depuración que lo convierten en un proyecto totalmente autosuficiente. Recientemente, también ha incorporado gallinas y corderos que se llevaron el cariño de las adolescentes.
Casa Nautilus es todo un ejemplo de construcción saludable y un estudio detallado de las 25 pautas en las que se basa la Biología del Hábitat. Esta relación con el mundo docente da esperanzas de futuro hacia una arquitectura más sostenible, con una visión holística del lugar y el cuidado de los recursos del planeta.