¿Te preocupa el ambiente que respiras? ¿Sabes que el aire en espacios interiores puede estar más contaminado que el exterior?
El desarrollo de las técnicas de medición para conocer la salubridad en espacios interiores permite conocer el nivel de toxicidad en el que habitamos. Aunque no lo parezca, existen muchos factores de riesgo físicos relacionados con las radiaciones, las ondas acústicas y la iluminación artificial que afectan a nuestra salud.
El mobiliario, los elementos constructivos y las condiciones de temperatura y humedad son factores que pueden poner en peligro nuestro descanso nocturno. Además, una inadecuada ventilación origina otros factores microbiológicos como los hongos, bacterias o alérgenos.
La omnipresencia del WiFi
Hoy en día se suma la presencia de las frecuencias del WiFi, una tecnología que está «sobre explotada» y que se ha hecho necesaria para muchos dispositivos de nuestra rutina doméstica. Si hasta hace poco podíamos encontrar fácilmente las fuentes de este tipo de radiación en el router de las viviendas, ahora su omnipresencia en electrodomésticos y aparatos tecnológicos las convierte en incontrolables. Las frecuencias wifi presentes en el hogar multiplican las fuentes de emisión y nos expone a ellas durante las 24 horas del día.
La «buena noticia» es que está en nuestras manos desconectarlas y sustituirlas por una conexión segura por cable. Sólo se trata de decidir cómo queremos vivir y realizar pequeños gestos para poner la salud y la vida en el centro de nuestras prioridades.
La función de las técnicas de medición en bioconstrucción es la detección profesional y minimización de estas influencias, así como la prevención en el marco de lo factible. La exigencia y el objetivo son crear un entorno vital lo menos contaminado y lo más natural posible.
En el curso de introducción a la medición se habla de prevención y de reconocer determinadas exposiciones mediante una visión de conjunto de los factores de riesgo físicos, químicos y biológicos, que son estudiados, medidos, interpretados de manera experta.
Silvia de Santos, responsable de formación del IEB y docente del curso, resume que “la contaminación es siempre una alteración negativa del estado natural del medio, y por lo general se genera como consecuencia de la actividad humana. Las causas primarias radican en última instancia en el comportamiento del ser humano ante su entorno. Deberíamos comprender que la salud es un estado de bienestar físico, mental y social, con capacidad de funcionamiento en armonía con el medio, y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades.”